A partir de un verso de Martha Asunción Alonso
Por no poder tocar la madrugada,
porque no supe ser más que quererlo.
Por no poder tenerte la mirada,
fue todo por no ser capaz de hacerlo.
Por no encontrar refugio en la nevada
aunque no hubo nevada. Por perderlo.
Porque en mis manos nunca estará ayer
y verte y no saberlo detener.
Rodrigo Olay. Vieja Escuela. Madrid: Ediciones Rialp, 2021, p 85.
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