terça-feira, 24 de julho de 2018


Tienen todos los pájaros
devoción por el aire,
ese misterio azul que los sotiene
por encima del mundo.
Sabes que soy del mundo, y aún con todo
hay mañanas que vuelo
más alto que el halcón, noches que canto
mejor que el ruiseñor, días de lluvia
que me aferro a tus manos
con la fuerza de un águila,
y me duele la espalda si recuerdo
el tiempo aquel en que tuvimos alas,
antes de que viviera entre nosotros
el oscuro baldón de la memoria.

Todos los hombres llevan
un Ícaro en los ojos.
Todos los hombres tienen
devoción por el alma de los pájaros.
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 Aganzo, Carlos. Arde el Tiempo, Antología Civil. Sevilla: Editorial Renacimiento, 2018, p 70.
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